Nota publicada en la REVISTA VADENUEVO (07.07.10)

LA ACADEMIA NACIONAL DE LETRAS
PREMIA A CARLOS PALLEIRO

In libro, veritas

El 26 de mayo pasado, coincidiendo con el Día Nacional del Libro, la Academia Nacional de Letras homenajeó al artista plástico (pintor, dibujante, ilustrador) Carlos Palleiro. Nació y se formó en Uruguay, y durante la dictadura debió exiliarse en México, donde reside y ha conquistado un amplio reconocimiento. Su vasta trayectoria como ilustrador de libros y otras publicaciones le valió esta distinción en su país. Este artículo aborda las diferentes facetas de su obra.


Por Tatiana Oroño

La torsión del aforismo latino -In vino, veritas- me sea perdonada. Porque se justifica. Ha sido en las páginas de miles de libros publicados a lo largo de más de 40 años en más de un país y durante una época de infortunios para la humanidad, que un artista gráfico -con algo de angélico y otro tanto de materialista dialéctico- ha entregado las imágenes de un mundo en el que alientan de verdad atributos humanos: inteligencia generosa, humor y ternura. Antes de ilustrar, el artista ha sabido leer. Para no hablar de la eficaz síntesis del vínculo ojo-mano y la maestría comunicativa de sus resultados. Como dijo Gabriel Peluffo Linari en el acto de entrega del premio a Carlos Palleiro: "Si es, y nadie puede negarlo, un creador de imágenes políticas, es además, y sobre todo, un vidente de la política de las imágenes, es decir, del poder significante y estratégico que ellas adquieren al convertirse en signos portadores de ideas". Su arte gráfico aliado a la palabra impresa, página a página en este mundo postindustrial líquido y volátil, es labor contrahegemónica, de verdad.

La trayectoria de Carlos Palleiro (Montevideo, barrio Palermo, 1945) es pues doblemente excepcional: primero por las razones obvias de su talento, y segundo, porque su magnitud tiene por contexto la derrota histórica de ideales y proyectos que le fueron caros y de los que nunca abdicó. El suyo ha sido un proyecto cumplido. Constituye una rara gema. Quizá pueda agregársele todavía una raya más al tigre: ante el rating en ascenso del diseño electrónico, su declarada y militante resistencia al diseño sin ideas, su propuesta intransigente de diseño de autor1, resulta ser otro rasgo raro de excepcionalidad. Carrera única por donde se mire.

A su lúdica invención colorista, festiva, edénica sin saberlo, nos habíamos acostumbrado, en los tiempos de nuestra modernidad sesentista uruguaya (carátulas de libros y discos, afiches de todo tipo), también casi sin saberlo. En 1960 Nancy Bacelo había inaugurado la Feria de Libros y Grabados con el propósito de "darle felicidad a lo visual". Fue una consigna de esa época en la que todos éramos jóvenes, incluso los demás. Exiliado político en México desde 1976, Palleiro desplegó su obra en millones de ejemplares de libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública, o en proezas editoriales como el diseño de las obras completas de Alejo Carpentier en 25 tomos -a modo de ilustración continua: de tapa a contratapa y así sucesivamente-, ganando madurez sin perder rigor ni frescura. El entrañable acervo de su creación tematiza una dialéctica de vida y oficio que incluye temprana audacia innovadora y memoria fiel a sus maestros y variadas fuentes. Memoria que, en ocasión de recibir el reciente Premio Anual de la Academia rememoró, sin olvidar a "Beto" Oreggioni, primer editor que le confió sus portadas en Editorial Arca.

Dijo al evocar aquella, su lejana iniciación: "hacer las portadas de Arca fue tremendo paquete que yo, en esa época, no era consciente de lo que significaba para la cultura uruguaya; era un joven irreverente y desfachatado, eso sí, muy entusiasta".

SECRETOS DEL OFICIO

"El libro es puro detalle" -, fue el giro con que sintetizó Carlos Palleiro la detallada y pintoresca exposición acerca de los secretos de su oficio de diseñador gráfico editorial: "Libros hay de todos los tamaños [.] cuadrados, verticales, apaisados, chicos, grandes, muy grandes, gordos, flacos, finitos, gruesos, viejos, muy viejos, nuevos, pesados, insoportables, livianos, rojos, negros, amarillos, magentas, naranjas, azules, verdes, grises".

Fue el 26 de mayo -en un nuevo aniversario de la fundación de la primera biblioteca pública nacional-, en el discurso de agradecimiento a la Academia Uruguaya de Letras que distinguió su destacada labor como difusor del libro.

En la antigua casa familiar de Julio Herrera y Reissig, sede de la institución, y justamente en el año en que se conmemora el centenario de la muerte del poeta -y en la misma sala en que lo precedieran Nancy Bacelo, Heber Raviolo y Amanda Berenguer, honrados por las anteriores ediciones del premio-, Palleiro se explayó con la llaneza que le es característica sobre aspectos del universo editorial concernientes a su oficio: "En fin, hay libros de todos los temas, de todos los tamaños, de todas las edades, de todos los colores. Entonces ante esa vastedad ¿cómo diseñar un libro? Los diseñadores nos enfrentamos a un sinfín de posibilidades sobre las que tenemos que decidir y diseñar".

Desplegando recursos de buen comunicador, ya que no lo es solo en el campo visual, enumeró parte de ese "sinfín" de posibilidades: "Quién nos pide el trabajo, qué editorial, de qué es el libro, para qué, para quién, el tiraje, intenciones, colección, tipo de papel, tamaño, cantidad de páginas, autor, si lo conocemos, qué escribe, qué ha publicado, si vive, etcétera".

"Cuando diseñamos, elegimos, optamos"
- remató. Y por si no hubiera quedado claro a qué horizontes apuntaba el énfasis puesto en la perentoriedad de elección/opción, estableció sinonimias: "diseñador [.] hacedor de cultura [.] revulsivo de cambio de la realidad que le tocó vivir".

El programa artístico del homenajeado -crear (imágenes) para cambiar (realidades)- recupera el proyecto de política cultural formulada por la izquierda uruguaya a lo largo de la década del sesenta. Asume y recrea con afable adhesión su optimismo materialista. Se revela como un continuador sui generis, victorioso en su afán. De paso reescribe, sin otro lápiz que el de dibujo, el sueño de unir el arte con la vida que fuera la gran apuesta (y añoranza) de las vanguardias históricas. Este grávido inventor de imaginarios produce imágenes que buscan gravitar en la realidad, conmoverla. Y ha sido posible.

AQUELLOS LIBRITOS

En marzo de 2001 Palleiro inauguró Que treinta años no es nada en el Atrio Municipal2 . A 30 años del 26 de marzo de 1971, primer acto del Frente Amplio, en el Gaucho y la explanada municipal, su exposición homenajeaba a la izquierda unida y a Carlos Gardel (de gacho, y sonriente, digitalizado en portada del catálogo). Entonces lo entrevisté. En aquella conversación3 , mientras se refería a una de sus portadas (El cuerpo de la obra, de Siglo XXI) y a la relación entre fondo y forma, entre forma y contenido ("que no debe ser chata"), remató el tema con un "ahora, con mi experiencia, puedo afirmarlo". Me dio por preguntarle en qué experiencia, si había alguna en particular -se me pasaron un montón de posibilidades por la cabeza-, estaba pensando.

Y contestó:

-La que se deriva, con los años, de las portadas y buena parte de las ilustraciones de los libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública. Porque ahora me pasa, por ejemplo, que la gente que trabajaba el año pasado en la Jefatura de Gobierno, venía y me decía: "Ay, Palleiro, vos nos hiciste los libritos en los que aprendimos a leer..." ¡Encantados! Y hace unos días, una chavita que trabaja en la Biblioteca de México donde se hizo Que treinta años no es nada4 , me dijo "Ud me tiene que firmar el libro". Sí, como no. "Pero, ¿sabe por qué?, porque yo estudié en los libros que Ud hizo". Estábamos emocionados los dos.

Y concluyo. A mí también me emociona escribir sobre Palleiro. Más vale darle paso a sus imágenes diseñadas para "llenar de alegría y esperanza la existencia".



1 "Somos formadores de opinión. No podemos dar cualquier cosa, ni copiar cualquier cosa porque se venda en EUA. Primero porque no estamos allá; segundo porque somos diferentes, tenemos otra sensibilidad". (Entrevista con la autora, marzo 2001, Montevideo.)

2
Después inauguró en julio-agosto de 2008, en Sala Sáez, sus Animalerías. ("Megazoológico imaginario", para su curadora, María Yuguero.)

3 "Música de lápiz y Pc", Revista del Socio Espectacular, Montevideo, 2001.

4 La exposición se realizó primero en México, donde se efectuó el tiraje del citado catálogo. 

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miércoles 7 de julio de 2010
Año 2 Nro 22
Montevideo - Uruguay

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