15/08/2012 - El País Digital.
PEDRO DA CRUZ
Desde mañana en el Museo Gurvich serán mostradas obras de 31 artistas que
accedieron a las enseñanzas de José Gurvich en distintos períodos: desde la
época del Taller Torres García en 1951 hasta la partida definitiva de Uruguay
en 1969.
Una de las tareas claves que fue necesario emprender al comienzo del
trabajo con la presente exposición fue la de determinar cuáles artistas serían
considerados alumnos de Gurvich, ya que éste fue activo en varios ámbitos, y sus
enseñanzas se desarrollaron en distintos niveles: desde consejos ocasionales a
clases de carácter formal con frecuencia regular.
El trabajo de investigación fue realizado por Tatiana Oroño, curadora de la
muestra, que durante más de un año recogió una serie de testimonios de
allegados a Gurvich, así como material escrito y fotográfico que es parte de la
exposición y el catálogo correspondiente. La idea básica de la exposición es la
de mostrar, dependiendo de las circunstancias y posibilidades, una obra de la
época de formación y otra de una etapa posterior de cada uno de los
participantes.
El título de la muestra, "… Mañana, ¡levántese azul!", fue tomado
del consejo de Gurvich a un alumno que le había mostrado una serie de
ejercicios. Los testimonios coinciden en que la forma de enseñar de Gurvich era
muy libre, basada en la inventiva y la improvisación, y que el maestro tenía en
cuenta las inquietudes y aptitudes individuales de los alumnos.
Su papel era fundamentalmente el de inspirador, no enseñaba según un método
riguroso, a diferencia de sus colegas del Taller Torres García, Augusto Torres
y Julio Alpuy, que eran más estrictos.
Gurvich había nacido en 1927 en Jieznas, Lituania, en el seno de una
familia judía, la que emigró a Uruguay en 1932. De joven estudió con José Cuneo
en la Escuela de Bellas Artes, y en 1945, a los dieciocho años, se integró al
círculo de amigos y alumnos de Torres García. Comenzó a enseñar en el Taller
Torres García en 1951, cuando Alpuy viajó a Europa, tarea que desempeñó hasta
1953.
En esta época su enseñanza estuvo enmarcada en el ámbito de la pedagogía
del Taller, aunque paralelamente otros alumnos concurrían a su pieza-taller
ubicada en un conventillo de la rambla 25 de Agosto.
Uno de los primeros alumnos de Gurvich en el Taller fue Guillermo
Fernández, que debido a sus destacadas aptitudes pronto pasó a ser docente. En
cuanto a los alumnos del Taller de esa época representados en la muestra se
puede nombrar a Leticia Barrán, Norma Calvete, Hugo Giovanetti, Mario Lorieto,
Celeste Núñez y Beatriz Sosa.
Las enseñanzas impartidas por Gurvich estuvieron pautadas por sus viajes y
mudanzas. En 1954 emprendió su primer viaje a Europa e Israel. Cuando retornó a
Uruguay en 1956 se mudó al Cerro, a una casa de la calle Polonia 3166 que le
cedió Gonzalo Fonseca.
En el Taller volvió a sustituir a Alpuy, que entonces abandonó
definitivamente Uruguay. En ese período Gurvich tuvo numerosos alumnos, entre
otros Sara Capurro, Juan Cavo, Eva Díaz, Gloria Franchi, Dora Guidali, Linda
Kohen, Lilián Lipchitz, Rafael Lorente, Blanca Minelli, Marta Morandi, Eva
Olivetti, Raquel Orzuj, Clara Scremini, Ernesto Vila y Enrique Weisz.
A partir de 1960 algunos de los alumnos nombrados comenzaron a concurrir al
taller de Gurvich en el Cerro, conformándose el llamado grupo de los domingos.
Nuevos alumnos directos en el Cerro, ya sin pasaje por el Taller Torres García,
serían Armando Bergallo, Gorki Bollar, Héctor Goitiño y Héctor Vilche. En 1962
Gurvich se mudó a otra casa de la calle Polonia, y en 1964 viajó nuevamente a
Europa e Israel, donde permaneció hasta 1966.
Durante sus últimos tres años en Uruguay Gurvich sería maestro de dos
jóvenes argentinos, Ernesto Drangosch y Adolfo Nigro (que ayudaron al maestro
con la producción de sus cerámicas escultóricas), a los que luego se sumó Jorge
Nigro. En 1969 Gurvich emprendió su tercer viaje y ya no regresó a Uruguay.
Desde Israel viajó directamente a Nueva York, donde vivió cuatro años hasta su
fallecimiento en 1974.
La presente exposición es un
loable esfuerzo de investigación y organización, que muestra los caminos
tomados por los alumnos de Gurvich, algunos ya prácticamente olvidados, otros
en plena actividad, una recuperación de la memoria colectiva de importantes facetas
del arte nacional de las últimas décadas.
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